Cinco ciudadanos inscribieron sus nombres para aspirar al primer cargo de elección popular en Tolú. Para Concejo, los aspirantes superan los 120, sin que ello signifique una diversidad de alto o mediano nivel cualitativo. Para sólo escoger 13. Una inflación parecida al Bolívar venezolano.
Los cinco candidatos a la alcaldía son tales por obra del aval “concedido” (¿negociado?) por los correspondientes partidos o movimientos que para el caso son: Partido Conservador (Alfonso González C. ), Partido Liberal (Tulio Patrón P.), MAIS (Sixto García M.), AICO (Pedro Ricardo S.), Opción Ciudadana (César Peroza S.). Mas dichas marcas o rotulaciones (políticas) ningún valor agregado confieren a aquellas en cuanto que sustenten programas de gobierno que los diferencie entre sí. Ni los candidatos enfatizan tan esencial componente, ni los electores lo plantean o exigen como condición para votar.
Y si se revisan grosso modo un buen trecho de la vida de cada uno de estos personajes para buscar antecedentes de su formación política y vocación de entrega y servicio por la gente, especialmente por los más vulnerables, incluso en su meso-juventud, nos encontramos con una zona gris, desértica. Lo cual viene siendo un rasgo casi generalizado en la historia social de quienes han venido transitado por cada una de las campañas políticas por la alcaldía en la localidad. Esta ausencia, este adolecer o carencia (de capital político propio), se traduce (como ya ha sucedido) en el curso del ejercicio del cargo, en derroche de simplismo, banalidad, frivolidad pura y dura.
Este común denominador, asimila a algunos de éstos en particular, en la categoría nada envidiable de analfabetas políticos, permitiendo intuir que a falta de este valor, lo que dominantemente los empuja a la aventura de aspirar a la primera magistratura municipal, es la emoción un tanto primaria de sentirse “honrados”, algo así como una virtual vanidad, para lo cual no se requeriría (según ellos) de méritos y reconocidas competencias de estadista (¿?). Y ya empieza el fracaso.
Por lo anterior, desde los años noventa a la fecha de hoy: Cuántos alcaldes han pasado por el “Palacio municipal”?, y ¿Cuántos, entre éstos, aún con títulos…, han dado la talla, confiriéndole a su vez grandeza a semejante dignidad? Este, a no dudarlo, es un excelente ejercicio!
El predominio del ego y pre-juicios varios en las decisiones y orden político, en parte explican la relativa ceguera de la mayoría de los candidatos para abordar la coyuntura de la que son parte, sus propias posibilidades y, valorar, considerando éstas últimas, la opción de contemplar una política de alianzas, por tanto deponer aspiraciones personales para enfrentar propuestas y candidaturas perjudiciales a los intereses de la comunidad y propiciadoras del atraso y deterioro del puerto, y por tanto potenciando el eventual triunfo de posiciones progresistas, no mafiosas, no enredadas en oscuras patrañas.
En este orden de ideas, temerariamente se reitera el estrellamiento contra la realidad de unos, dejando a merced de la buena suerte unos resultados que fácilmente se podrían pronosticar con certeza si se echara mano al análisis con algún respaldo empírico. Esta falta de racionalidad y visión por parte de unos, brinda en bandeja de plata a otro (quizá al peor de los competidores, si se mira el interés general) el triunfo, el favor de la votación. De esta manera se instaura como tradición el recurso de candidaturas que se repite, a fuerza de ego y otros ingredientes de dudosa ortografía…, hasta una eventual quinta (5°) vencida.
A la fecha, varios indicadores ponen de presente que las candidaturas a la alcaldía de Tolú, que se pelean -no del todo limpiamente-, la atención de los ciudadanos son las avaladas por el Partido Liberal Colombiano (Tulio Patrón P.) y, Opción Ciudadana (Cesar Peroza S.), que según hechos incontrovertible no ha ocultado, sin el menor sonrojo, el expediente mercantil-pecuniario para doblegar la voluntad de los potenciales sufragantes. Mientras, las restantes candidaturas continúan impávidas como si nada ocurriera. El señor Pedro, venido a menos hasta la desbandada, por distintas razones, entre las que descuella el abandono de su barco (en convulsa alta mar) por quienes fungían ser sus capitanes, hacia el timoneado por el brazo largo del controvertido ex-representante Yair Acuña, amo y señor de Opción ciudadana y de su pre-clara señora Milena Jaraba, su candidata a la gobernación de Sucre, patrocinador a la vez de la candidatura del odontólogo Cesar Peroza S.
Al parecer no despegan: ni la candidatura de Alfonso González C., ni la de Sixto García M. La primera, ungida por el Partido Conservador, que no deja de ser toda una sorpresa. Y la segunda, con el aval de MAIS, al que, según parece, le falta granos!
Los extraños y pequeños intereses, corruptores de la democracia, que se han venido develando, como las crasas torpezas de quienes se creen todopoderosos atornillados a palacio, al chocar contra el sentido común por burda grosería, (no obstante la ignorancia de las mayorías necesitadas, que brutas no son), pueden estar operando silenciosamente para que se den deslizamientos continuos que en últimas este 25 de octubre próximo le otorguen la victoria al joven empresario que ostenta el aval de la colectividad tradicional del trapo rojo.
La mejor publicidad para las fuerzas que puntean dirimiendo el favor de los electores, de ahora en adelante, lo constituye el dominio de sí mismos y del proceso evitando incurrir en los mayores desaciertos y errores.
En la actual campaña electoral en Tolú, que no es lo mismo que campaña política, la izquierda resplandece por su contundente ausencia.
Ramiro del Cristo Medina Pérez
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